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Uno de los mayores desafíos es encontrar buenas estrategias de alimentación de nulíparas para garantizar un alto número de lechones destetados durante la vida reproductiva de las cerdas. El objetivo de este estudio fue investigar el desarrollo de las cerdas jóvenes cuando se les ofrecen las recomendaciones comerciales para los niveles de energía de la dieta durante la crianza y la mitad de la gestación en comparación con niveles más altos de energía y evaluar cómo estas diferentes estrategias de desarrollo de las primerizas afectarían los rendimientos productivos y reproductivos. Un total de 500 primerizas Landrace Noruego x Yorkshire fueron evaluadas desde los 25 kg de peso vivo (PV) en su primer ciclo reproductivo hasta la siguiente inseminación o sacrificio tras el destete del primer ciclo. Los tratamientos experimentales consistieron en dos niveles de energía de la dieta durante la recría ( 13,2 a 29,0 MJ NE/d (Alto) o 10,6 a 22,9 MJ NE/d (Norm)) y dos niveles de energía en la dieta durante mediados de la gestación (días 42-94); 27,3 MJ NE/d (Alto) o 22,3 MJ NE/d (Norm). Esto dio lugar a cuatro estrategias de desarrollo de la primeriza, alto/alto (AA), Alto/Norm (AN), Norm/Alto (NA) y Norm/Norm (NN). Los datos recogidos incluyeron, peso individual de la primeriza, edad, grasa dorsal, número de lechones nacidos y destetados, pesos de la camada al nacimiento y al destete e intervalo destete-cubrición (IDC).
En la selección para la cubrición (110 kg PV), las primerizas alimentadas con la dieta rica en energía eran más jóvenes (P<0,001) y tenían más reservas de grasa (P <0,0001) en comparación con las primerizas alimentadas con el tratamiento Norm. Tres semanas antes del parto esperado las primerizas NN eran más viejas (P <0,001), más ligeras (P = 0,075) y más magras (P = 0,013) en comparación con las primerizas AA, con AN y NA en niveles intermedios. El comportamiento productivo y reproductivo no fue afectado por la estrategia de alimentación de la primeriza. Las razones de eliminación no fueron diferentes entre los tratamientos, pero la probabilidad de eliminación tendió a ser mayor entre las primerizas de energía N en comparación con las primerizas de mayor energía (P = 0,056), y más baja entre las primerizas AA en comparación con los otros tres tratamientos (P = 0,033).
En conclusión, este estudio mostró que el nivel de energía de la dieta durante la crianza afecta a la edad de la pubertad y al espesor de grasa dorsal de primerizas en la selección para la cubrición. Teniendo en cuenta las cuatro estrategias de alimentación, el aumento del nivel de energía durante la cría y mitad de la gestación fue la estrategia preferida para este genotipo. Aunque los rendimientos productivos y reproductivos no se afectaron. Finalmente, más primerizas del grupo AA hicieron la transición del primer al segundo parto, que es de alto valor económico para el productor.
Thingnes, S. L., Hallenstvedt, E., Sandberg, E. And Framstad, T. 2015. The effect of different dietary energy levels during rearing and mid-gestation on gilt performance and culling rate. Livestock Science 172; 33–42. http://dx.doi.org/10.1016/j.livsci.2014.11.012